Livestock Research for Rural Development 20 (5) 2008 | Guide for preparation of papers | LRRD News | Citation of this paper |
Se estudiaron las condiciones actuales de crianza del guajolote de traspatio en el estado de Michoacán. Para ello, se realizó un muestreo estratificado mediante la colecta de información en las cinco regiones fisiográficas. Cada una de estas regiones presenta condiciones climáticas y socioeconómicas distintas. Se obtuvo información en aspectos poblacionales, morfométricos, socioeconómicos y sanitarios de las unidades de producción de guajolote de traspatio.
El intervalo del tamaño de parvada mostró diferencias entre regiones, y se reportó reproducción a lo largo de todo el año en todas las regiones. Se registraron los colores de plumaje considerados como genéticamente básicos; negro, blanco, café y gris, además de sus combinaciones. En las poblaciones de la región de la Costa se observaron diferencias en algunas variables morfométricas con respecto al resto de las regiones. Las condiciones de manejo son predominantemente rústicas; solo 13% cuentan con un cobertizo para alojamiento. Los guajolotes son criados como tradición familiar y generalmente por las mujeres, para autoconsumo, venta y celebraciones; la comercialización se hace principalmente en las mismas comunidades. En general se utiliza alimento balanceado en la primera etapa de crecimiento de los pavipollos. Por el contrario, el ingrediente más utilizado en la dieta de juveniles y adultos es el maíz entero, crudo, o nixtamalizado, combinado con el forrajeo a la salida de las aves a áreas abiertas como huertas, potreros, predios o traspatios. En las regiones frías a templadas se tiene una alta incidencia de enfermedades de tipo respiratorio, mientras que en las regiones calientes y secas se reporta una alta incidencia de diarreas y viruela. Solo el 22% de las unidades de producción utiliza vacunas, y se observó un grupo de aves reportadas como resistentes a la viruela, ya que no enfermaron a pesar de no haber sido vacunadas.
Palabras clave: guajolote de traspatio, regiones fisiográficas, unidades de producción
The actual conditions of the breeding of backyard turkey were studied in the Michoacán state, México. For this, a stratified ampling was made to collect information in the five physiographic regions. Each one of these regions presents different climatic and socioeconomic conditions. Information of populations, morphometric, and socioeconomic and sanitary aspects of the production units were obtained.
The range of flock size was variable between regions; hatching of chicks happens in all seasons of year in all regions. Were registered the genetic solid colors of feathers of the adult birds as black, white, light brown (or red) and gray in addition to its combinations. We found some morphometric differences in the birds raised in the Costal region when compared with the other regions. The birds are raised in production units mainly rustic; only 13% of the facilities have sheds for lodging. The breeding of backyard turkey comes from familiar tradition and is done mainly by the women to provide meat for family festivities and some money income; the birds are marketed mainly in the same communities where they are produced. Generally a commercial diet is used to feed the turkey poults and crude grain or boiled maize (nixtamal) is used to feed gobblers and adult birds, combined with free foraging (eating tender leaves and/or insects) or going out to the cropping area (milpa), orchards or backyards. Only 22% of the production units use vaccines. In temperate and cold regions, a high incidence of respiratory diseases was reported. High incidence of diarrhea, smallpox and newcastle was reported from warm and dry regions. We observed a group of birds that were reported immune to a smallpox outbreak, even though they weren’t vaccinated.
Key words: backyard turkey, physiographic regions, production units, scavenging
La explotación del guajolote doméstico (Meleagris gallopavo gallopavo) en México es una actividad que se desarrolla en las comunidades suburbanas y rurales de todo el territorio nacional (Mallia 1998 1999; Aquino et al 2003; Hernández et al 2005; Losada et al 2006). Se estima que la domesticación de esta ave se realizó en México entre los años 200 y 700 AC (Crawford 1992). La presencia del guajolote se documentó en los reportes de las expediciones hechas por los conquistadores desde 1517, en lo que hoy constituye Yucatán, Campeche, Veracruz y Valle de México (Schorger 1966). El conocimiento que se ha adquirido acerca de la crianza del guajolote, ha permitido mantener vigente la actividad productiva en los traspatios, garantizando un medio para la obtención de múltiples productos como el huevo, la carne y las plumas, además de ser un recurso de subsistencia al obtener beneficios económicos cuando se ofertan sus productos en los mercados locales.
Michoacán ocupa el 14o lugar en el país en cuanto al tamaño de la producción en pie, con una explotación del 89% bajo condiciones rústicas o de traspatio (INEGI 2004). La permanencia de estas aves en las rancherías o áreas suburbanas del país parece deberse principalmente a su rusticidad y resistencia, lo cual les ha permitido adaptarse a condiciones de manejo rural y bajo prácticamente todas las condiciones ecológicas (climas extremos, condiciones sanitarias inadecuadas y alimentación con bajo valor nutrimental) (Mallia 1998; Losada et al 2006). Estos diferentes ambientes de crianza no permiten el desarrollo de guajolotes de líneas comerciales altamente seleccionados, los cuales presentan una plasticidad fenotípica limitada debido a los elevados valores de endogamia que demandan prácticas de manejo como inseminación artificial, incubación artificial, y por su corpulencia tienen problemas podales y articulares (Sponenberg et al 2005). En este trabajo se planteó el objetivo de realizar la caracterización de las explotaciones del guajolote de traspatio en las cinco regiones fisiográficas del Estado de Michoacán, México, con respecto a sus características poblacionales, morfométricas, socioeconómicas y sanitarias, con el fin de identificar los problemas que enfrentan los criadores de la población rural del estado.
El estudio se realizó mediante un trabajo de campo que incluyó el levantamiento de encuestas y el registro de datos morfométricos de ejemplares de las cinco regiones fisiográficas establecidas para el Estado de Michoacán, México (Madrigal 1997; INEGI 2004). Las regiones fisiográficas, sus características climáticas y el número de sitios y encuesta se muestran en la Tabla 1.
Tabla 1. Características de las Regiones fisiográficas* del estado de Michoacán y encuestas levantadas en cada región |
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Region fisiografica |
Número de encuestas levantadas |
I. Bajío o depresión del Lerma |
17 |
Localización: Al norte del estado, colinda con Guanajuato al norte y Jalisco al oeste, al sur con el Eje Neovolcánico |
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Altitud: desde 1200 a 2000 msnm, con elevaciones de origen ígneo, con valles de sedimentos y aluviones |
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Clima: Fríos a templados |
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Vegetación: Matorral bajo subespinoso, pastizales,mezquital, bosque pino-encino, bosque de pino |
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II. Eje Neovolcánico |
20 |
Localización: Atraviesa el estado de este a oeste al sur de la región Bajío, al norte de la Depresión del Balsas |
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Altitud: Aproximadas de 2000 a 3000 msnm, suelos de origen volcánico |
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Clima: Climas templados |
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Vegetación: Matorral subtropical de transición, bosque de encino, pino-encino, pino, oyamel y mesófilo de montaña |
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III. Depresión del Balsas o tierra caliente |
16 |
Localización: al norte de la Sierra Madre del sur y al sur del Eje Neovolcánico |
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Altitud: media de 500 msnm pero existen zonas de 200 msnm conformada por rocas ígneas y metamórficas |
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Clima: Cálidos secos y subhúmedos |
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Vegetación: Mezquitales, bosque de encino, selva baja caducifolia, mediana subcadocifolia, palmar |
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IV. Sierra madre del sur |
17 |
Localización: Al sur de la región Balsas, al norte de la Costa, formada por elevaciones próximas a la costa del Oceano Pacífico |
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Altitud: Desde nivel de mar hasta los 2000 msnm, con elevaciones De rocas ígneas, sedimentarias y metamórficas |
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Clima: Cálidos semiseco y subtropical |
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Vegetación: Mezquital, bosque de encino, pino-encino, cedro, oyamel y mesófilo de montaña, selva baja caducifolia y subcaducifolia |
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V. Costa |
18
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Localización: Al sur del estado, colinda al sur con el oceano Pacífico y al norte con la región de la Sierra madre del sur |
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Altitud: Desde el nivel del mar hasta los 500 msnm, constituido por rocas metamórficas, sedimentarias, ígneas y materiales aluviales |
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Clima: Subtropical |
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Vegetación: Pastizales, selva baja caducifolia, selva mediana subcaducifolia, palmar, manglar y de dunas costeras |
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*Propuesto por Madrigal 1997 |
Se realizó un muestreo estratificado simple cuyos estratos fueron las regiones fisiográficas. Los sitios de las encuestas se seleccionaron al azar en cada región fisiográfica; se asignaron de 15 a 20 sitios por región o estrato, recorriendo cada sitio por carreteras y caminos secundarios, y sin importar la localidad, las unidades de encuesta fueron las casas o predios donde se visualizó la presencia de guajolotes en los traspatios o en predios aledaños a las casas. En la Figura 1 se muestra la delimitación de las regiones fisiográficas, así como la ubicación y dispersión de los sitios de encuesta dentro de cada región.
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El mapa se elaboró con el software Arc-view 3.2. Para fines de este estudio, cada predio o casa donde se dedicaran a la crianza del guajolote fueron considerados como “Unidades de Producción de Traspatio” o UPTr y se levantó una encuesta por cada una de ellas.
Para las encuestas, el cuestionario utilizado se construyó de acuerdo a lo recomendado por Scherf (1997), por lo que se incluyeron los siguientes datos:
a) Poblacionales, que incluyeron el tamaño de parvada, el número de aves adultas
(consideradas a partir de los 10 meses de edad en adelante), el número de aves
juveniles (a partir de los 4 meses y hasta los 9 meses), y pavipollos (desde el
nacimiento hasta los 3 meses).
b) Morfométricos, que incluyeron la descripción de cabeza, cuello y color de
patas, peso de los ejemplares adultos de ambos sexos con báscula mecánica de
reloj con error de ±5 gr (Revuelta MR), medidas de envergadura en cm
con cinta métrica convencional de acuerdo a James, (1970), largo de cuerpo en cm
con cinta métrica convencional de acuerdo a Estrada et
al
(2006), y color del plumaje, por comparación con el esquema de colores elaborado
en base a la clasificación de las variedades por la Asociación Americana de Aves
de Corral reportado por Russell, y a la descripción de colores genéticamente
básicos reportados por Sponenberg (citados en Christman y Hawes 1999).
c) Socioeconómicos, incluyendo el motivo de la crianza de los guajolotes, quien
es el responsable de la UPTr, las prácticas culturales para la crianza y datos
sobre la comercialización de los guajolotes.
d) Sanitarios, que incluyeron la información sobre la utilización de vacunas y/o
desparasitantes, así como la presentación de enfermedades (viruela y newcastle)
o síndromes (respiratorios, diarréicos y nerviosos).
Con esta información se elaboró una base de datos que se compiló y analizó en forma descriptiva. Algunas de las variables numéricas fueron sometidas a un análisis de varianza no paramétrico de Kruskall-Wallis con SAS ver 8.1, y donde se encontró diferencia estadística significativa se realizaron análisis postANOVA de comparación de medias de Dunn.
La conformación de las parvadas de guajolotes de las UPTr se cita en la Tabla 2. En general, el rango en el tamaño de parvada fue mayor en la región del Bajío, intermedio para las regiones Sierra y Costa, y el más bajo para las regiones Eje Neovolcánico y Balsas. Las encuestas se aplicaron desde agosto de 2004 hasta agosto del 2005, y como se puede observar, hubo presencia de pavipollos en todas las regiones, lo cual sugiere que hay nacimientos en todas las estaciones del año en todas las regiones, ocurriendo en mayor número entre primavera-verano, fundamentalmente en las regiones Sierra y Costa.
Tabla 2. Conformación de las parvadas por región fisiográfica en las unidades de producción de guajolote de traspatio en Michoacán, México. |
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Parámetro/Región |
Regiones fisiográficas |
||||
Bajío |
Eje Neo |
Balsas |
Sierra |
Costa |
|
Estación de encuesta |
Otoño 2004 |
Otoño 2004 |
Inv-Prim 2005 |
Verano 2005 |
Verano 2004 |
Machos adultos |
29 |
54 |
27 |
30 |
25 |
Hembras adultas |
55 |
66 |
49 |
71 |
73 |
Juveniles |
91 |
29 |
0 |
12 |
24 |
Pavipollos |
24 |
136 |
33 |
55 |
81 |
Aves totales encuestadas |
199 |
285 |
109 |
168 |
203 |
Tamaño promedio de parvada en UPTr |
14.8b |
11.0b |
7.22a |
12.0b |
11.29b |
Rango de parvadas |
3 a 57 |
3 a 22 |
3 a 22 |
2 a 49 |
2 a 45 |
Literales diferentes en columnas indican diferencias estadísticamante significativas (P<0.05). |
La región donde se encontraron más pavipollos fue el Eje Neovolcánico, lo cual como se describe más adelante parece estar relacionado con dos factores; la utilización de vacunas y la alimentación de los pavipollos con alimento balanceado, que mejora la tasa de sobrevivencia de las crías durante etapas tempranas de crecimiento. La presencia de juveniles en mayor proporción en la región del Bajío, indica que los nacimientos ocurrieron durante primavera y verano, y que también la utilización de vacunas favoreció la sobrevivencia y crecimiento de los pavipollos. En el mismo sentido, la ausencia de juveniles en la región del Balsas, podría deberse a la ausencia de vacunación y por ello a la presencia de enfermedades como la viruela, que merma las parvadas de pavipollos reflejándose esto en el tamaño de las parvadas.
Apariencia y morfometría del guajolote de traspatio Michoacano
Color del plumaje
Las proporciones de los colores genéticamente básicos y sus combinaciones fueron consistentemente similares en todas las regiones fisiográficas del estado (valores no mostrados). El color negro se encontró en el 35 y 38% de las aves, con y sin tonos tornasoles y verdes, y con y sin las rayas blancas características en las plumas inferiores de las alas (Christman y Hawes 1999). Esta mayor proporción de ejemplares negros fue similar a la referencia de la literatura para otras dos localidades, una en Oaxaca y otra en Quintana Roo, México (Mallia 1999), sin embargo, contrastó con los reportes para EUA, donde hasta 1999 la población de guajolotes con este color se encontraba en situación crítica con aproximadamente 100-160 hembras (Christman y Hawes 1999), y al menos para las cinco regiones de Michoacán, los ejemplares negros son los más abundantes. El color blanco sólido o puro, se encontró en una proporción baja (5 a 7%), pero también se encontró en combinación con el negro en la mayoría de los casos y con el café de manera esporádica, en una proporción (de ambas combinaciones) ligeramente más alta (8%) que el blanco puro. Existen reportes de que los Aztecas y otras culturas prehispánicas criaban parvadas de guajolote blanco (Christman y Hawes 1999), por lo que su presencia en las poblaciones de guajolote de traspatio de Michoacán y de otras localidades de México parece ser histórica. El color café se encontró en aves de todas las regiones fisiográficas en una proporción similar (6 a 7%), aunque su presencia fue más notoria en la región Sierra. El color gris fue el menos encontrado, con proporciones similares en poblaciones de todas la regiones fisiográficas (2 a 3%). Anteriormente los ejemplares de color café se han reportado en otra localidad de Oaxaca México (Mallia 1999), y en extinción en poblaciones de EUA (< 100 hembras), y los de color gris como críticamente raros (60-100 hembras) también en EUA (Christman y Hawes 1999), por lo cual estos individuos constituyen un hallazgo importante para ser considerados en programas de conservación. Hasta ahora, las variedades Michoacanas y en general de México no son reconocidas por no contar con un historial sobre su origen, sin embargo la presencia de colores de plumaje raros (café, gris) además de los básicos, sugiere variedades en las poblaciones de traspatio que se han mantenido por la escasa selección que se aplica a su crianza. Los colores de plumaje que se encontraron corresponden a cruzas al azar entre los individuos de cada parvada en las cinco regiones, de manera que se identificaron variedades que tienen base genética, que no provienen de programas de selección por cruzas controladas, como es el caso de las poblaciones de guajolotes domésticos en EUA. Por otro lado, se encontraron otros patrones de coloración (no mostrados) en algunos individuos que probablemente se deban a variaciones del color de las variedades establecidas (Christman y Hawes 1999). Sin embargo, la tipificación genética será útil para su identificación y registro. En la Tabla 3 se enlistan los colores de plumaje encontrados y su correspondencia con las variedades descritas por la Asociación Americana de Aves de Corral de EUA (The American Poultry Association) (Christman y Hawes 1999).
Tabla 3. Variedades de guajolote michoacano asignadas por color del plumaje y apariencia |
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Color descrito en Michoacán |
Variedades de guajolote correspondiente de acuerdo a APA* |
Negro sólido |
Negro español |
Negro-blanco |
Narrangansett |
Negro-blanco tornasol |
Bronce o bronceado |
Blanco-negro |
Palma Real, Swetgrass |
Café o rojo |
Rojo de Borbon, Buffy o Chocolate |
Gris |
Plateado o Slate |
*American Poultry Association citado por Christman y Hawes 1999 |
Cabeza y cuello
La cabeza presentó coloración roja con dos tonalidades alrededor de los ojos; se presentó con más frecuencia una tonalidad azulada, seguida por blanca, esta característica se encontró tanto en hembras como en machos independientemente del color del plumaje. La piel del cuello mostró una tonalidad de blanco a rosáceo que se tornaba roja cuando las aves eran manejadas o manipuladas. Las carúnculas se presentaron tanto en machos como en hembras siendo más grandes y prominentes en los machos. Los machos presentaron el apéndice carnoso eréctil en la parte superior de la cabeza denominado “moco de guajolote”, en ejemplares que superaban los 8 meses de edad. La presencia del apéndice piloso (escobilla o escobillón) naciente en la región media del pecho también se encontró solamente en los machos adultos, esta característica es utilizada por los criadores como indicador de la edad para su comercialización o consumo.
Patas
Se encontraron ejemplares con patas de color negro, blanco y rosado, pero también se encontraron algunas tonalidades intermedias como gris y puntilleo negro en base blanca. El color del plumaje negro y negro-blanco se relacionó con la tonalidad negra de las patas, mientras que los colores blanco y rosado de patas se relacionaron con los colores de plumaje blanco, el café o el gris.
Tamaño y peso
Las características morfológicas más importantes de los ejemplares adultos (de 10 a 18 meses de edad) se muestran en las Tablas 4 y 5, donde se observa que el largo de cuerpo promedio fue similar para cuatro de las regiones (P>0.05), mientras que en la Costa fue menor tanto en hembras como en machos (P<0.05).
Tabla 4. Características morfométricas de las hembras adultas de guajolote de traspatio de las cinco regiones fisiográficas de Michoacán, México |
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Parámetro |
Regiones fisiográficas |
||||
Bajío |
Eje Neo |
Balsas |
Sierra |
Costa |
|
Peso, kg |
|
|
|
|
|
Promedio |
4.15b |
4.82b |
3.26a |
2.97a |
2.93a |
Desv est |
0,48 |
0,17 |
1,17 |
0,40 |
0,32 |
Largo de cuerpo, cm |
|
|
|
|
|
Promedio |
82.45b |
79.00b |
82.78b |
82.75b |
71.67a |
Desv est |
7,17 |
0,03 |
4,86 |
8,11 |
3,76 |
Envergadura, cm |
|
|
|
|
|
Promedio |
103.90b |
103.20b |
97.76b |
86.5a |
88.16a |
Desv est |
6,10 |
7,70 |
14,02 |
8,80 |
8,70 |
Literales diferentes en fila son estadísticamente significativas (P<0.05) |
Tabla 5. Características morfométricas de los machos adultos de guajolote de traspatio de las cinco regiones fisiográficas de Michoacán, México. |
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Parámetro |
Regiones Fisiográficas |
||||
Bajío |
Eje Neo |
Balsas |
Sierra |
Costa |
|
Peso, kg |
|
|
|
|
|
Promedio |
7.86b |
9.09b |
7.40b |
6.90a |
7.10a |
Desv est |
0,89 |
2,17 |
1,47 |
0,92 |
0,18 |
Largo de cuerpo, cm |
|
|
|
|
|
Promedio |
94.51b |
94.13b |
94.81b |
95.95b |
85.71a |
Desv est |
5,20 |
7,09 |
3,95 |
3,20 |
4,40 |
Envergadura, cm |
|
|
|
|
|
Promedio |
113.50b |
113.75b |
110.33b |
95.35a |
93.14a |
Desv est |
9,89 |
6,95 |
12,21 |
3,40 |
4,20 |
Literales diferentes en fila son significativas (P<0.01) |
|
|
|
Se observa además, que las poblaciones adultas de las regiones Bajío, Eje Neovolcánico y Balsas presentaron mayor envergadura que las de las regiones Sierra y Costa. Sin embargo, para las poblaciones de la región Sierra, la envergadura no fue proporcional con los pesos registrados, ya que estas aves presentaron un peso promedio bajo, similar a las de la Costa, pero fueron tan largas de cuerpo como las del Bajío, Eje Neovolcánico y Balsas, sugiriendo una conformación ósea similar a la de los guajolotes de estas regiones, pero con menor peso. En contraste con lo anterior, las aves adultas de la Costa tuvieron un peso promedio bajo proporcional con un tamaño (largo y envergadura) menor que el de las aves del Bajío, Eje Neovolcánico y Sierra, sugiriendo una estructura ósea más pequeña que marca una diferencia morfométrica de estas poblaciones con las de las otras cuatro regiones. Este patrón es similar al conocido bajo la regla ecológica de Bergman citada por Futuyma (2005), que indica que los mamíferos y las aves tienden a variar su tamaño en diferentes latitudes, y apoya la hipótesis de que la variación en el tamaño de las aves esta relacionada con los efectos combinados de la humedad, la temperatura y la altitud (James 1970). Sin embargo, otra explicación potencial es que las poblaciones de la región Costa tengan un nivel de aislamiento que las haya diferenciado de las otras por un posible efecto de fundador.
Aspectos socioeconómicos de la crianza del guajolote de traspatio michoacano
Motivo de la crianza de guajolotes
De manera similar para todas las regiones fisiográficas en Michoacán, los motivos que tienen los propietarios de las UPTr para la crianza del guajolote fueron los siguientes: Un 27 % de los encuestados contestó que por tradición familiar, 36 % realiza la actividad considerándolo como un medio de subsistencia, 32 % lo realiza para autoconsumo, mientras que el 6% de los encuestados cría los guajolotes por motivos religiosos (sacrificio en fiestas de santo patrón o pago de diezmo a iglesias).
El hallazgo de que el 36% de los encuestados críe guajolotes para subsistencia (venta y autoconsumo de carne), es similar con lo reportado para la región Mixe en Oaxaca, donde se crían guajolotes para autoconsumo, ahorro o subsistencia y para se utilizados como objeto de trueque (Bautista 2006). En algunos lugares de las regiones Sierra y Costa Michoacana la crianza del guajolote funciona como un refuerzo de vínculos familiares, ya que las aves adultas se sacrifican y cocinan para ser consumidas en festividades familiares importantes ó para las fiestas anuales de las comunidades. Todas las personas encuestadas reconocieron que la actividad de crianza de los guajolotes proviene ancestralmente o de costumbre de familia. La participación de la mujer en las labores de crianza y atención de los guajolotes fue muy superior a la de otros miembros de la familia; las UPTr son atendidas en un 77% por la madre de familia, un 13% por el padre de familia y solo un 10% por los hijos (Figura 2). La madre de familia se encarga no solamente de las labores de la crianza y cuidados de las parvadas de guajolotes, se encarga además de otras aves o animales que se encuentran en el traspatio, como cerdos, cabras o bovinos.
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Figura
2.
Porcentaje de responsabilidad en la crianza de los guajolotes en
las Unidades |
Lo anterior es similar a lo reportado para unidades de producción en la zona suburbana del sur del Distrito Federal, México (Losada et al 2006) y para unidades de producción en Texcoco, Estado de México (Vieyra et al 2004), quienes citan que las mujeres son pieza clave en el desarrollo y preservación de los traspatios ya que al incorporar sus conocimientos y habilidades, permiten su integración en las actividades de producción de alimentos como parte de un estilo de vida. Por otro lado, la venta de las aves que se producen en los traspatios representa un ingreso económico extraordinario para la familia, la mujer lleva también el trabajo de administradora de los bienes familiares (Vieyra et al 2004).
Prácticas culturales en la crianza del guajolote de traspatio
El alojamiento de las aves en gallineros o corrales se realiza principalmente (13%) en cobertizos con y sin piso de concreto y percheros, que se localizaron básicamente en las regiones Bajío y Eje Neovolcánico. En el resto de las UPTr las aves pernoctan en árboles o “palos”, encontrándose estas distribuidas en todas las regiones fisiográficas. Previamente se ha reportado una práctica de alojamiento en la casa o en el jardín parecida en la región Mixe en Oaxaca (Bautista 2006).
Alimentación
La alimentación de las aves es un punto muy importante a considerar. Se encontró que para garantizar un crecimiento normal hasta los dos meses de edad, en el 74% de las UPTr de Michoacán, los criadores utilizan alimento balanceado para pollo de origen comercial. Por otro lado, la utilización de alimento balanceado para las aves adultas solo se lleva a cabo en el 7% de las UPTr, ubicándose estas en las regiones Bajío y Eje Neovolcánico, mientras que en el 93% restante se alimenta parcialmente a las aves con diferentes ingredientes que se citan en la Figura 3.
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* Mangos, guayabas, ciruelas, toronjas, duraznos, papayas.
** Incluye trigo, avena, sorgo, cebada, salvado de trigo, arróz, mijo, harina de
maíz y tortilla de maíz. |
Figura 3.
Ingredientes utilizados para alimentar a los guajolotes adultos en las Unidades |
El grano de maíz crudo o nixtamalizado es el alimento tradicional utilizado para alimentar a los guajolotes desde juveniles hasta adultos; los otros ingredientes se administran solos o algunas veces combinados, cultivados en la misma UPTr, o son producto de los cultivos presentes en la región, como pueden ser los frutales (guayaba, mango o toronja), el sorgo o mijo y el arroz. Las tortillas elaboradas con harina de maíz también figuran en los ingredientes utilizados. La práctica de alimentación de los guajolotes se lleva a cabo una sola vez al día y se realiza cuando los guajolotes regresan del traspatio, de los pastizales o de los huertos donde estuvieron alimentándose con hojas tiernas, semillas, frutos o insectos en un sistema de pastoreo. La suplementación vitamínica y/o mineral no se lleva a cabo en las aves adultas en el 93% de las UPTr, salvo en aquellas donde se alimentan a las aves con alimento balanceado.
Una comparación de la base alimenticia de las UPTr de Michoacán mostró pocas diferencias con las que se desarrollan en Oaxaca y Yucatán, donde se practica la utilización de granos, especialmente maíz y sorgo en la alimentación de adultos (Santos-Ricalde et al 2004; Bautista 2006). Por otro lado, es probable que en el sistema de traspatio de Michoacán y en el de Oaxaca (Mallia 1998; Bautista 2006), un aporte importante de proteína provenga del pastoreo de pastos y hojas tiernas de herbáceas y del consumo de insectos y sus larvas, un aspecto importante que se debe comprobar en estudios futuros. El resto de los ingredientes con que se alimentan los guajolotes en las diferentes regiones de Michoacán, depende de la época de colecta de frutos con que cuenta cada región fisiográfica. En contraste con lo anterior, en Xochimilco además de la utilización de granos se suministra alfalfa verde en el 100% de las UPTr y cebada en el 70%, como parte de un sistema productivo de semiconfinamiento que garantiza un mejor aporte proteico para las aves (Losada et al 2006).
Comercialización de los guajolotes
El precio de venta del guajolote macho adulto comercializado se cita en la Tabla 6.
Tabla 6. Precio por ejemplar en pie y precio por Kg en pie del guajolote macho adulto de traspatio en las cinco regiones fisiográficas de Michoacán, México |
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Regiones Fisiográficas |
||||
Bajío |
Eje Neo |
Balsas |
Sierra |
Costa |
|
Precio de venta por ejemplar en pie* |
$200,00 |
$220,00 |
$275,00 |
$250,00 |
$200,00 |
US Dolares |
$17,80 |
$19,59 |
$24,87 |
$22,26 |
$17,80 |
Precio por kg * |
$25,44 |
$24,20 |
$37,12 |
$36,23 |
$28,16 |
US Dolares |
$2,26 |
$2,15 |
$3,30 |
$3,22 |
$2,50 |
* $ Pesos mexicanos en junio de 2007 |
El precio por individuo más elevado se encontró en la región Balsas, posiblemente debido a que las parvadas son pequeñas y por ello la oferta es baja, comparada con la que se presenta en las regiones Bajío y Eje Neovolcánico, donde el precio es más bajo debido a que las parvadas son más grandes y por ello hay mayor oferta de aves para los mercados locales. El precio de venta de los machos supero 1.7 veces el valor del de las hembras. Esta diferencia se explica por la superioridad de peso corporal alcanzada por los machos cuando son adultos. Sin embargo, al calcular el precio por kg de guajolote en pie, (peso del macho o hembra/precio de venta), el precio de las hembras resultó ser más elevado; $37.41 pesos mexicanos por kg en pie, mientras que el kg en pie de macho fue de $ 30.97 pesos mexicanos (US $ 3.34 y 2.76 por kg para hembra y macho respectivamente). La razón de esta diferencia estriba en que el precio de venta se fija por ave adulta y no por kg producido, y la comercialización se realiza en forma directa al interior de las comunidades encuestadas en las cinco las regiones fisiográficas, ya sea en la misma UPTr, o llevándolos a comercializar al tianguis o mercado del poblado más cercano. Los criadores aseguran que la demanda del guajolote es alta en todas las regiones y no se alcanzan a producir suficientes aves adultas para satisfacer dicha demanda en algunas épocas del año, como lo son la temporada navideña y las festividades de fin de año, así como también en eventos sociales importantes donde el platillo fuerte lo constituye el tradicional Mole de guajolote.
Los criadores mencionaron que la demanda de aves adultas es mayor que la oferta, esto provoca que la actividad funcione como un ahorro en especie, ya que la crianza se realiza mayoritariamente bajo un esquema de insumos mínimos. Este hecho no debe considerarse como una buena cultura de crianza, lo que es importante es la rusticidad y el poder de adaptación que ha desarrollado los guajolotes para mantenerse en toda la geografía Michoacana.
Aspectos sanitarios
Utilización de vacunas y desparasitantes
La utilización de vacunas para prevenir algunas de las enfermedades más comunes de las aves resultó ser una práctica pobre, ya que solamente en el 22 % de las UPTr se realiza vacunación contra la viruela y newcastle, mientras que en el 78% restante no se realiza vacunación. En las regiones Bajío y Eje Neovolcánico, los criadores manejan un calendario de vacunación adecuado, aunado a un buen manejo de la vacuna. La utilización de desparasitantes es nula en todas las UPTr. La práctica nula o escasa de vacunación y desparasitación en la crianza de los guajolotes, es similar en otros estados como Oaxaca y Puebla (Bautista 2006; Hernández et al 2005). Debido a la utilización escasa de vacunas, la ocurrencia de enfermedades es frecuente.
Presencia de enfermedades o síndromes
En la Figura 4 se muestran los porcentajes de presencia de las enfermedades o síndromes más comunes en las UPTr.
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La viruela fue la enfermedad más común reportada por los criadores, encontrándose presente en todas las regiones, concordando con los reportes de su distribución mundial (Alfonso et al 2003). Las enfermedades con síndrome diarréico y con síndrome nervioso tuvieron la misma distribución, presentándose en cuatro de las cinco regiones fisiográficas; desde el Eje Neovolcánico hasta la Costa, excepto en Bajío. Las enfermedades del tipo respiratorio se presentaron también en cuatro regiones fisiográficas; excepto en la región Costa, zona subtropical seca. El análisis de correspondencia de Xi2 mostró una evidencia moderada de relación entre la presencia de las enfermedades y la región fisiográfica (P=0.02). Las enfermedades con síndrome respiratorio se reportaron en climas fríos, templados y secos, mientras que las enfermedades con síndrome diarréico se reportaron en los climas templados hasta los subtropicales, al igual que las que producen síndromes nerviosos.
Se detectó la aparición de enfermedades virales en las aves a pesar de haber sido vacunadas. En la Figura 5 se observa que la viruela y newcastle se reportaron en el 13.64 % de las UPTr que vacunan, un porcentaje doble al de las UPTr que tuvieron aves sanas con la vacunación (7.95%).
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En un análisis de Xi2 de correspondencia, no se pudo encontrar evidencia de relación entre la vacunación y la presencia o ausencia de enfermedades (P=0.224), lo cual sugiere que las vacunas no están protegiendo contra las enfermedades en algunas regiones como Balsas y Costa; probablemente debido a una baja respuesta inmune de las aves, o a un error de manejo debido a que la vacuna se aplica una sola vez y a edades muy tempranas, lo cual suele provocar protección insuficiente a los pavipollos. Por otro lado, una mala práctica de aplicación de la vacuna también es causa de aparición de la enfermedad contra la cual se vacuna, debido al mal manejo de la cadena fría de conservación de la vacuna, así como a la aparición de cepas mutantes del virus (Fernández 2003).
Adicionalmente, en las UPTr donde no se vacunó se reportó un 39.77% de
individuos enfermos, mientras que el porcentaje con aves sanas pese a que no
fueron vacunadas, fue similar al grupo donde hubo enfermos no vacunados (38.64
%) (Figura 5). De esta forma, se detectó un grupo de aves aparentemente
resistentes a la viruela y newcastle. Por ello, el grupo de UPTr con aves sanas
sin vacunar constituyen fondos genéticos por caracterizar y conservar, en
próximos estudios.
En las UPTr de las regiones frías a templadas, Eje neovolcánico y Bajío las parvadas son más grandes y los individuos son más corpulentos y pesados, y se cuenta con una mayor oferta de guajolotes adultos para los mercados locales.
En las UPTr de las regiones secas, cálidas y subhúmedas, Balsas, Sierra y Costa, las parvadas son más pequeñas, y particularmente en la Costa se crían guajolotes más pequeños y ligeros morfométricamente diferentes a los de las otras regiones. La oferta del guajolote en estas regiones aunque es constante, no satisface la demanda local y el precio de venta es más elevado.
Se reportó reproducción a lo largo de todo el año en todas las regiones.
Las parvadas de las cinco regiones fisiográficas presentan porcentajes similares de los cuatro colores básicos de plumaje, negro, blanco, café y gris y sus combinaciones.
En general, la mujer tiene la participación principal en la crianza del guajolote de traspatio.
Se reportó una alta incidencia de enfermedades de tipo respiratorio en las regiones frías a templadas, y una alta incidencia de diarreas y viruela en las regiones calientes y secas.
Se reportaron individuos resistentes a la viruela.
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Received 15 October 2007; Accepted 2 December 2007; Published 1 May 2008