Livestock Research for Rural Development 19 (10) 2007 | Guide for preparation of papers | LRRD News | Citation of this paper |
El objetivo de este estudio fue comparar algunos indicadores reproductivos obtenidos mediante inseminación artificial tradicional o intra-uterina, en una granja porcícola del estado de Yucatán. El estudio se realizó de mayo de 2002 a abril de 2003 en una granja de ciclo completo con aproximadamente 3200 vientres, localizada en la zona sur de Yucatán. Se utilizó la información de los registros individuales de 1454 cerdas inseminadas con la técnica tradicional y 967 inseminadas con la técnica intrauterina. Las inseminaciones se realizaron dos veces al día (mañana y tarde) con un intervalo de 8-12 horas de haberse detectado el estro. Durante la inseminación se mantuvo un semental frente a la cerda y se utilizaron bolsas (con 8-12 kg) sobre el lomo de la cerda, para simular el peso del semental. Los datos de gestación (%), número de lechones nacidos totales, lechones nacidos vivos, lechones nacidos muertos (%), momias (5) e intervalos entre partos (IEP) se analizaron mediante pruebas de t y modelos lineales generales.
El tipo de inseminación artificial sólo tuvo efecto (P<0.05) sobre IEP, cuya media de cuadrados mínimos fue mayor con la técnica tradicional (148.4+0.71 días) en comparación con la inseminación intrauterina (145.1+0.59 días). El número de parto de la cerda tuvo efecto en todas las variables estudiadas. En general las cerdas de primer y segundo parto tuvieron camadas de menor tamaño e IEP más largos que las cerdas con dos o más partos.
En conclusión no se encontró ningún efecto desfavorable de la inseminación post-cervical en los indicadores reproductivos estudiados. Considerando la ventaja de producir más dosis por eyaculado, la técnica intrauterina es una buena opción para aumentar las utilidades, al aprovechar al máximo los sementales de mayor valor genético.
Palabras clave: cerdos, inseminación artificial intrauterina, México, trópico
The objective of this study was to compare some reproductive traits obtained through traditional artificial insemination or intra-uterine insemination, in a pig farm located at the south of Yucatan. The study was carried out from May 2002 to April 2003 in a full cycle farm, with approximately 3200 sows. The information of 1454 sows inseminated with the conventional technique and 967 records of sows inseminated with the intra-uterine technique were used. Inseminations were carried out twice (morning and afternoon) with an interval of 12 hours after estrus detection. During insemination, a boar was kept in front of the sows and bags (8-12 kg) were put on the back of the sow to simulate the weight of the boar. Data on fertility (%), number of pigs born, number of pigs born alive, piglets born dead (%), mommies (%) and farrowing interval (FI) were analyzed using t test and general linear models.
The type of insemination used had effect (P<0.05) on FI, which least square mean was greater for the traditional technique (148.4+0.71 days) than for the intra-uterine technique (145.1+0.59 days). Parity number had effect on all the variables studied. In general, the first and second parity sows had the smallest litter sizes and the larger FI when compared with sows with three or more parities.
In conclusion, the intra-uterine insemination did not have any detrimental effect on the productive traits studied. Therefore, considering the advantage of producing more doses per ejaculate, the intra-uterine technique is a good option to increase rentability, making the maximum use of the boars with the best breeding values.
Key words: Intrauterine artificial insemination, Mexico, pigs, tropics
La eficiencia reproductiva tiene gran importancia en la producción porcina, la cual se evalúa comúnmente a través de la productividad de la cerda, de la cual dos parámetros importantes son el porcentaje de gestación y la prolificidad (cantidad de lechones nacidos/camada). Estos parámetros repercuten directamente en la rentabilidad de una explotación y pueden estar influenciados por numerosos factores que pueden mejorarse empleando tecnologías reproductivas como la inseminación artificial (Williams 2002). El uso de la inseminación artificial (IA) se ha incrementado en los últimos años debido a que produce resultados de fertilidad y prolificidad similares e incluso superiores a la monta natural; asimismo, permite un mayor control sanitario, una rápida difusión del proceso genético, una optimización del manejo reproductivo y una disminución de los costos económicos de la explotación (Lordan 1999). En Yucatán, México, al compararse la IA con la monta natural se encontró que la fertilidad de las cerdas inseminadas fue más alta que para las cerdas con monta natural; y que el número de lechones nacidos vivos fue mayor para la IA (Echeverría y Behan 2002). En actualidad la tendencia en la IA porcina es reducir el número de espermatozoides por inseminación lo cual tiene un gran impacto económico ya que con la misma capacidad instalada de la granja se puede disminuir el número de sementales optimizando su uso. Históricamente se ha aceptado que son necesarios 3 x 109 espermatozoides por dosis seminal para garantizar óptimos resultados reproductivos en la práctica rutinaria de la IA en cerdas. Sin embargo, con la inseminación intrauterina se pueden emplear 500 o 1000 millones de espermatozoides/dosis lo que supone disminuir el número de machos (Roberts y Bilkei 2005).
Son pocos los estudios científicos en los que se compara la técnica de inseminación intrauterina con la IA tradicional. Algunos autores (Gil et al 2002, Watson y Behan 2002) mencionan que inseminando 1 x 109 espermatozoides viables/dosis por medio de la inseminación intrauterina se obtienen niveles productivos de granja, estadísticamente iguales a los obtenidos por medio de una inseminación tradicional con 3 x 109 espermatozoides viables/dosis. Sin embargo, mencionan la existencia de un descenso de la prolificidad no-significativo (P>0.05) en las pruebas a escala experimental. En Argentina comparando la IA convencional (100 ml con 3x109 espermatozoides) y la técnica IA intrauterina (50 ml con 1.5x109 espermatozoides) se encontró que sólo en una de tres granjas inseminadas fue mejor la IA convencional en comparación de la IA intrauterina con lo respecto a la tasa de parición (Williams 2002); mientras que, con respecto al número de lechones nacidos vivos sólo en una granja fue mejor la IA intrauterina que la tradicional.
Dallanora et al (2004) comparando la técnica de IA intrauterina (1.5 x 109 espermatozoides) con la IA convencional (3 x 109 espermatozoides) en granjas comerciales del centro-Oeste de Brasil no encontraron diferencias (P>0.05) en la tasa de retorno al estro, preñez, parto, parto ajustada y en el número de lechones nacidos. En México Padilla-Mota et al (2004) no encontraron diferencias estadísticas (P>0.05) para variables de fertilidad, lechones nacidos totales, lechones nacidos vivos y lechones nacidos muertos, pero sí para el porcentaje de lechones momificados (P<0.01), con porcentajes de 1.28 y 1.80% para IA intrauterina e IA convencional, respectivamente.
El objetivo principal de este
estudio fue comparar los indicadores reproductivos (fertilidad y prolificidad)
de cerdas inseminadas con inseminación artificial tradicional ó intrauterina en
una granja representativa del área porcícola del estado de Yucatán, México.
El trabajo se realizó de mayo del 2002 a abril del 2003 en una granja comercial porcina de ciclo completo, localizada en la zona sur del estado de Yucatán, México que contaba con aproximadamente 3200 vientres. La región esta clasificada como cálida subhúmeda con lluvias en verano (Awo), presentando temperatura media anual de 26 C, una precipitación pluvial de 1000 mm y una humedad relativa promedio de 78% (García 1988).
Todos los animales estuvieron sujetos al mismo régimen de alimentación y manejo. La ración alimenticia consistió en 2kg de alimento balanceado con 14% de proteína cruda, por animal por día. Las cerdas destinadas a la inseminación artificial (convencional o intrauterina) se seleccionaron de acuerdo a sus indicadores reproductivos y por estar aparentemente sanas. Las cerdas jóvenes eran animales que alcanzaron la madurez sexual a una edad mínima de 240 días y un peso corporal aproximado de 110 kg, con un aparente buen estado de salud. La selección de cerdas para la inseminación se realizó de acuerdo a las necesidades de la granja.
La detección de estros se realizó dos veces al día (6:00 y 18:00 h) por medio de un semental, el cual se colocó en el corral donde estaban las cerdas primerizas o adultas para estimularlas. En el corral una persona se encargó de presionar el lomo de las hembras sospechosas de presentar estro (reflejo de parada), las cuales fueron marcadas y llevadas a las jaulas para posteriormente ser inseminadas. Las inseminaciones se realizaron dos veces por día, una en la mañana y otra por la tarde (12 a 18 h) después de detectado el estro, y cada cerda recibió tres dosis de semen. Sólo se utilizó semen con motilidad arriba del 70% y menos del 20% de anormalidades. Las inseminaciones fueron realizadas por personal capacitado. Durante la inseminación se aplicaron bolsas con un peso de entre 8-12 kg sobre el lomo de la hembra para simular el peso del semental. El semental se colocó en el pasillo de las jaulas y tuvo contacto nariz con nariz con las cerdas, para facilitar la inseminación. El material requerido para la inseminación intrauterina y tradicional consistió en una cánula y catéter guía post-cervical, gel lubricante no espermicida y bolsas para dosis de 100 ml por cerda con 4 x 109 espermatozoides (IA convencional) y botes de 50 ml con 0.5 x109 espermatozoides (IA intrauterina).
Para la comparación de los
resultados de fertilidad se utilizaron los datos de los porcentajes de
pariciones por semana obtenidos en la granja en el año 2002, mediante las
técnicas de inseminación tradicional y intrauterina. Para las variables tamaño
de camada (LNT); número de lechones nacidos vivos/camada (LNV); número de
lechones nacidos muertos/camada y número de lechones momificados; e intervalo
entre partos (IEP) se utilizaron los registros individuales de 957 cerdas
inseminadas con la técnica tradicional y 1454 cerdas con la técnica
intrauterina. Los datos de porcentajes semanales de pariciones se analizaron
mediante pruebas de t para muestras pareadas. Las restantes variables fueron
analizadas mediante análisis de varianza para datos desbalanceados utilizando el
procedimiento GLM (SAS 1996). El modelo estadístico utilizado incluyó los
efectos fijos de tipo de inseminación., y número de parto de la cerda. Para IEP,
el efecto del número de parto fue el relativo al primero de dos partos
consecutivos de un animal. Previo a su análisis estadístico los porcentajes de
mortalidad al nacimiento/camada (NM%) y porcentajes de lechones momificados
(MO%) se transformaron usando la función arco seno raíz cuadrada mas 0.2 para
aproximar los datos a la normalidad.
Los porcentajes de pariciones para las cerdas inseminadas mediante la técnica convencional o intrauterina no fueron diferentes estadísticamente (P>0.05); aunque se observó una ligera ventaja de 5% de la técnica intrauterina con respecto a la inseminación convencional (73 y 78%, respectivamente).
Las medias de cuadrados mínimos por tipo de inseminación y número de parto de las cerdas se presentan en los Cuadros 1 y 2. Sólo se encontró efecto del tipo de inseminación con respecto a la variable IEP, pero no para las variables LNT, LNV, NM%, y MO% (Cuadro 1).
Cuadro 1. Medias y errores estándares para algunos indicadores reproductivos por tipo de inseminación artificial y número de parto de la cerda |
|||||
Tipo de inseminación |
N |
LNT |
LNV |
NM% |
MO% |
Intrauterina |
1510 |
10.82+ 0.09a |
9.84+0.09a |
6.04 + 0.27a |
2.77 + 0.19a |
Convencional |
1074 |
10.90+ 0.10a |
9.95+ 0.10a |
5.87+ 0.31a |
2.71 + 0.22a |
Número de parto |
|
|
|
|
|
1 |
161 |
10.26+ 0.24a |
9.25+ 0.24a |
6.20 + 0.74cd |
3.55 + 0.54a |
2 |
474 |
10.44+ 0.14a |
9.67+ 0.14ab |
4.57 + 0.45ab |
2.60 + 0.33a |
3 |
564 |
10.84+ 0.13b |
10.08+ 0.13c |
4.44 + 0.40ab |
2.73 + 0.29a |
4 |
421 |
10.80+ 0.15a |
9.97+ 0.15bc |
4.30 + 0.46a |
3.07 + 0.33a |
5 |
294 |
11.26+ 0.18b |
10.26+ 0.18c |
5.72 + 0.55bc |
2.74 + 0.39a |
6 |
275 |
11.10+ 0.18b |
10.01+ 0.18bc |
7.52 + 0.57d |
2.54 + 0.41a |
7 |
263 |
11.33+ 0.19b |
10.12+ 0.19bc |
7.65 + 0.58d |
2.83 + 0.42a |
8 |
132 |
10.78+ 0.27ab |
9.77+ 0.26abc |
7.27 + 0.83cd |
1.83 + 0.59a |
a, b, c, d Medias con letras distintas son diferentes (P< 0.05); N = Número de camadas; LNT = Número de lechones nacidos totales; LNV = Número de lechones nacidos vivos; NM% = porcentaje de lechones nacidos muertos y MO% = Porcentaje de lechones momias. |
Las cerdas inseminadas con la técnica de IA convencional tuvieron IEP más largo (148.4 días) en comparación con las cerdas con inseminación intrauterina, 145.2 días (Cuadro 2).
Cuadro 2. Medias y errores estándares para el intervalo entre partos por tipo de inseminación artificial y número de parto de la cerda |
||
Tipo de inseminación |
N |
IEP (Días) |
Intrauterina |
1454 |
145.2+ 0.59a |
Convencional |
967 |
148.4+ 0.7b |
Número de parto |
|
|
1 |
472 |
153.7+ 0.982c |
2 |
564 |
146.8+ 0.89b |
3 |
421 |
146.4+ 1.02b |
4 |
294 |
144.4+ 1.22ab |
5 |
275 |
147.7+ 1.26b |
6 |
263 |
146.2+ 1.28ab |
7 |
132 |
142.2+ 1.82a |
a, b, c Medias con letras distintas son diferentes (P< 0.05). IEP = Intervalo entre partos |
El número de parto de la marrana
tuvo efecto significativo (P<0.05) sobre todas las variables estudiadas, excepto
MO%. En general las cerdas de primero y/o segundo parto produjeron tamaño de
camada menor y tuvieron IEP más largos que las cerdas con dos o más partos.
Son pocos los estudios en los que se comparan los resultados de la técnica de inseminación intrauterina con la IA tradicional. Algunos autores (Gil et al 2002, Watson y Behan 2002) concluyen que inseminando 1 x 109 espermatozoides viables/dosis por medio de la inseminación intrauterina se obtienen indicadores de fertilidad de granja, estadísticamente iguales a los obtenidos por medio de una inseminación tradicional con 3 x 109 espermatozoides viables/dosis. Asimismo, notifican que no encontraron diferencia en el tamaño de camada entre esas dos técnicas de inseminación. En Brasil (Dallanora et al 2004), utilizándose dosis de 1.5 x 109 y 3 x 109 espermatozoides en 60 y 90 ml de semen no se encontró diferencias (P>0.05) en las tasas de partos de cerdas inseminadas con las técnicas convencional (94.3%) y intrauterina (94.9%); así como tampoco en el LNV (11.8 y 11.6 lechones, respectivamente). Williams (2002), en granjas comerciales de Argentina comparando la IA convencional (100 ml con 3 x 109 espermatozoides) y la técnica IA intrauterina (50 ml con 1.5x109 espermatozoides) encontraron que sólo en una de las tres granjas inseminadas la IA convencional fue mejor que la IA intrauterina para la tasa de pariciones. Mientras que para LNV sólo en una granja la IA intrauterina fue mejor que la IA tradicional, concluyendo que a mayor experiencia en la técnica de IA intrauterina mejores son los resultados. En Nayarit México, Padilla-Mota et al (2004) no encontraron diferencia estadística (P>0.05) entre el uso de la IA intrauterina y convencional (91.5% y 90.4%, respectivamente), asimismo, no encontraron diferencias estadísticas (P>0.05) para las variables LNT, LNV y NM%, pero sí para MO% (P<0.01), con porcentajes de 1.28 y 1.80% para IA intrauterina e IA convencional, respectivamente.
La ventaja de la IA intrauterina en este estudio puede atribuirse en parte, a que al principio los trabajadores no conocían ésta técnica, por lo que le dedicaban mayor tiempo y cuidado al realizarla en comparación a la IA tradicional. Watson y Behan (2002) mencionan que la fertilidad aumentó cuando los trabajadores se fueron acoplando a la técnica dando el tiempo necesario para la inseminación.
El porcentaje de gestación obtenido en este estudio para la IA intrauterina es menor al notificado (89.6%) por Watson y Behan (2002) en Brasil, quienes inseminaron cerdas en varias granjas con diferente tipo de manejo de inseminación. Martínez et al (2002) también en Brasil notificaron tasas de fertilidad de 76.2% y 82.9% en dos granjas utilizando 50 y 150 millones de espermatozoides. Wolken (2001) por su parte obtuvo resultados de 77.3 y 65.2 % de fertilidad con dosis de 500 y 100 millones, respectivamente. Pese a la diversidad de los valores de fertilidad encontrados en los estudios mencionados, los valores en este estudio no mostraron diferencia significativa como algunos autores mencionan, probablemente debido a diferencias en las condiciones climáticas en las que se llevaron acabo esos trabajos, al número de animales sometidos a estudio o las condiciones de manejo de cada granja en particular.
No se encontró literatura, donde se midiera el efecto del tipo de IA sobre el IEP. Sin embargo, los resultados aquí presentados recomiendan el uso de la IA intrauterina al obtenerse mejores IEP con esta técnica.
Diversos estudios en diferentes estados de México mencionan efecto significativo del número de parto sobre el IEP (Ramírez y Segura 1992); LNV (Segura y Segura 1985, Ramírez y Segura 1992, Gómez et al 1999); LNT (Segura y Segura 1991, Gómez et al 1999); NM% (Segura 1995). El consenso general es un aumento en LNT o LNV hasta el tercer o cuarto parto de las cerdas, para luego disminuir. Camadas pequeñas en las cerdas de primer parto pudieran deberse a un menor número de óvulos liberados debido a cambios en los niveles hormonales que ocurren normalmente a medida que las cerdas alcanzan la madurez sexual y/o a mayores pérdidas embrionarias (Segura y Segura 1985); además, las cerdas de primer parto generalmente no han completado su desarrollo corporal y el de sus órganos reproductivos cuando son servidas. Camadas más pequeñas se obtienen en cerdas que paren a una edad más temprana comparado con cerdas adultas. En este estudio, las cerdas de primer parto y con mas de 6 partos tuvieron porcentajes más elevados de lechones nacidos muertos que aquellas cerdas con 2 a 5 partos. Esto no coincide con lo encontrado por Segura (1995) quien encontró mayor mortalidad en cerdas con 5 o más partos en comparación con aquellas con menos de 4 partos. El mayor porcentaje de mortalidad al nacer en las cerdas con mas de 4 partos es atribuido a que éstas tardan más en parir y a la mayor variabilidad entre lechones en cerdas con mayor número de partos (English y Morrison 1984).
Efecto del número de parto sobre el IEP ha sido notificado en Tamaulipas (Ramírez y Segura 1992). Sin embargo, a diferencia del presente trabajo donde se encontraron IEP más largos para las cerdas de primer parto, en ese estudio el IEP mas corto correspondió a las cerdas con tres partos seguidas de las cerdas con 1, 4 o más y dos partos.
No se encontraron efectos indeseables de la inseminación intrauterina, en comparación con la IA tradicional en las características reproductivas aquí estudiadas.
Considerando la ventaja de producir más dosis por eyaculado, la IA intrauterina es una opción para aumentar las utilidades, al aprovechar al máximo los sementales de mayor valor genético y reducir los costos de producción.
Mayor atención es necesaria para las cerdas de primer parto para obtener IEP más cortos.
Literatura citada
Dallanora D, Mezalira A, Katzer L H, Bernadi M L, Bortolozzo F P and Wentz I 2004 Desempenho reproductivo de femeas suinas inseminadas pela tecnica intra-uterina ou tradicional. Pesquisa Agropecuaria Brasileira 39:815-819.
http://www.scielo.br/pdf/pab/v39n8/21744.pdf
Echeverría A y Fell A 1999 Programa de transición para establecer la inseminación artificial en una empresa porcina. Memorias V Simposium Internacional de Reproducción e Inseminación Artificial en Porcinos. Mayo 4-6 1999. León, Guanajuato. Grupo Porcícola Mexicano, 223-224
English P R and Morrison V 1984 Causes and prevention of piglet mortality. Pig News and Information 5:369-376.
García E 1988 Modificaciones al sistema de clasificación climática de Koeppen. México DF. Instituto de Geografía, Universidad Nacional Autónoma de México.
Gil J, Tortades J M and Alevia A 2002 Post cervical insemination use of different volumes and sperm number. Proceedings 17th IPVS Congress: 2002 June 2-5; Ames, Iowa. International Pig Veterinary Society, 229.
Gómez M M, Segura J C y Rodríguez J C 1999 Efecto de año, bimestre y número de parto de la cerda en el tamaño y peso de la camada al nacer y al destete en una granja comercial. Revista Biomédica 10:23-28.
http://www.imbiomed.com/1/1/articulos.php?id_revista=22&id_ejemplar=455
Lordán M A 1999
La importancia de la inseminación artificial en porcinos. La Granja Informa
(Asociación de Ex-Alumnos de la ECA de HUESCA).
Retrieved september10, 2007 from
http://www.elrincondelosfamosos.com/inseminacion_porcino.htm
Martínez E A, Vázquez J M , Roca J, Lucas X, Gil M A, Parrilla I, Vázquez J L and Day B N 2002 Minimum number of spermatozoa required for normal fertility after deep intrauterine insemination in non- sedated sows. Reproduction 123:163-170.
Padilla-Mota N, Meza-Cueto L y Lemus-Flores C 2004 Efecto y costo de la inseminación artificial convencional y postcervical en la fertilidad y prolificidad de la cerda. Memorias XXXIX Congreso Nacional AMVEC: Julio 28- Agosto 1 de 2004. Mazatlán, Sinaloa: Asociación Mexicana de Veterinarios Especialistas en Cerdos, 93
Ramírez G R y Segura J C 1992 Factores que afectan el comportamiento reproductivo de los cerdos en el noreste de México. I. Tamaño de la camada y promedio de peso de los lechones. Técnica Pecuaria en México 30:53-58.
Roberts P K and Bilkei G 2005. Field experiences on post-cervical artificial inseminations in the sow. Reproduction in Domestic Animals 40:489-491.
SAS 1996 SAS/STAT User’s Guide, Version 6.11, SAS Institute Inc. Cary NC, USA.
Segura J C 1995 Factors affecting piglet mortality in the tropics of Mexico. Advances in Agricultural Research 4:16-23.
Segura J C y Segura V M 1985 Factores genéticos y ambientales que afectan las características predestete en cerdos criados bajo condiciones de trópico húmedo. Revista Mexicana de Producción Animal 17:13-22.
Segura J C y Segura V M 1991 Influencia de algunos factores genéticos y ambientales sobre la eficiencia reproductiva de cerdos en una granja de la Chontalpa, Tabasco. Veterinaria México 22:73-76.
Watson P F and Behan J R 2002 Intrauterine insemination of sows with reduced sperm numbers: results of a commercially based field trial. Theriogenology 57:1683-1693.
Williams S 2002
Inseminación artificial postcervical. Agrupación de Consultores en Tecnología
del Cerdo. Facultad de Ciencias Veterinarias. UNLP. La Plata, Argentina.
Retrieved September 10, 2007 from
http://www.elrincondelosfamosos.com/inseminacion_porcino.htm.
Wolken A W 2001 Untersuchungen zur unchirurgischen and Chirurgischen distales intrauterinen Besamung mit reduzierter Spermienzahl bei Jung-and Altsauen. Doktorarbeit- Tieraztlische Hochschule, Hannnover, Hannover 135 pp.
Received 22 March 2007; Accepted 9 July 2007; Published 4 October 2007