Livestock Research for Rural Development 15 (10) 2003

Citation of this paper

Impacto ambiental de la ganadería de leche en Colombia y alternativas de solución

Enrique Murgueitio

Fundación Centro para la Investigación en Sistemas Sostenibles
de Producción Agropecuaria (CIPAV)
Cali, Colombia
enriquem@cipav.org.co

Environmental impact of milk production systems in Colombia and alternative solutions

Abstract

This articles reviews briefly the history of cattle ranching in Latin America, highlighting the strong cultural influence exerted by the colonial powers. The environmental impacts of  livestock productions systems are described emphasizing the effects on the pattern of land use, and on soil and water resources. Recent data are presented derived from research done by CIPAV in Quindío department (Colombia) on the impacts of intensive grazing of dairy cattle on the soil and water resources. A series of alternatives is reviewed which could reduce the environmental damage, and which could be the basis for a more sustainable dairying system. The proposed strategy focuses on watershed management (reforestation, protection of the sources of water, and control of polluting discharges) and  transformation of single species pastures into silvopastoril systems.

The possibility of articulating these changes with the generation of environmental services (Carbon capture, biodiversity and water quality) is being tested  through a regional pilot project involving Costa Rica, Colombia and Nicaragua.

Key words: Dairying, environmental impact, environmental services, silvopastoril systems, soil, water, watersheds
 

Resumen

Este artículo contiene una breve reseña histórica sobre las actividades ganaderas en América Latina evidenciando la fuerte tradición cultural de esta actividad a partir de los conquistadores, luego describe los principales impactos ambientales de la ganadería en la actualidad con énfasis en los efectos sobre la ocupación del territorio, los suelos y el agua.

Se presentan datos recientes de investigaciones realizadas por el Centro para la Investigación en Sistemas Sostenibles de Producción Agropecuaria (CIPAV) en el departamento del Quindío (Colombia) sobre los impactos de la ganadería de pastoreo intensivo para leche sobre el suelo y el agua. Los datos sobre este último recurso son inéditos. Se revisan una serie de alternativas para reducir los daños ocasionados e iniciar una nueva era de ganadería basada en principios de sostenibilidad que incluye una activa gestión en las microcuencas (revegetalización, protección de nacimientos, reducción de vertimientos contaminantes) y la transformación de los pastizales homogéneos en sistemas silvopastoriles.

Finalmente se discute sobre la posibilidad de articular estos cambios con la generación de servicios ambientales (Captura de Carbono, Biodiversidad y Calidad de Agua) que tendrá como prueba un proyecto piloto regional en Costa Rica, Colombia y Nicaragua que inició actividades el presente año.

Palabra claves: Ganadería de leche, impacto ambiental, suelos, agua, microcuencas, sistemas silvopastoriles, reconversión, servicios ambientales.

Breve reseña histórica

En épocas prehispánicas en algunos territorios de la cordillera de los andes en Bolivia, Perú y Ecuador se logró la domesticación de especies animales como la llama Lama glama, la alpaca Lama pacos y el cuy o curí Cavia porcellus (Patiño 1970, Pinzón 1984). No hay evidencia que esto sucediera en territorio colombiano a excepción del sur de Nariño hasta donde llegó la influencia del imperio INCA.

A diferencia de América, en España y Portugal hace cinco siglos la ganadería tenía gran importancia económica y política para la sociedad ibérica. Estaba adaptada a condiciones de permanente movilidad debido a las guerras que durante varios siglos tuvieron lugar en toda la península contra los moros y era consideraba como una de las más desarrolladas de Europa en esa época (Patiño 1970). Los animales domésticos que hoy ocupan la mayor proporción de las poblaciones pecuarias de América llegaron en las naves de los españoles desde el segundo viaje de Cristóbal Colón hace cinco siglos a las islas del Caribe y de ahí fueron trasladadas al continente a través de las distintas expediciones de conquista (Pinzón 1984).

Los conquistadores ibéricos, vinieron acompañados a América por los equinos y perros mastines, animales destinados al combate que serían definitivos para la victoria militar sobre las grandes civilizaciones azteca e inca y las demás culturas y pueblos indígenas. Pero también con ellos llegaron otros animales utilizados para el transporte como asnos y mulas, la alimentación y el vestido como los bovinos, ovinos, caprinos y porcinos (Bennett y Hoffmann  1992).

La ganadería se inició en América aprovechando los ecosistemas de sabanas naturales presentes en varias regiones del Caribe, la Orinoquia y la Pampa argentina. Poco a poco avanzaría acompañando los desmontes de los bosques de los ecosistemas secos y húmedos así como las laderas de las montañas y los altiplanos. Los animales ibéricos con el paso del tiempo se fueron adaptando a las nuevas condiciones y varios núcleos se transformaron en razas regionales llamadas criollas por los expertos.

La importación de animales de razas europeas como Shorthorn, Aberdeen Angus, Holstein, Charolais y Normando más especializadas hacia la producción de leche o carne solo se daría en la época republicana a finales del siglo XIX e inicios del XX. Más importante para la transformación de millones de hectáreas fue, la difusión de gramíneas africanas como el puntero (Hyparrhenia rufa), gordura o yaraguá (Melinis minutiflora) y Guinea (Panicum maximum) por su agresividad, tolerancia al fuego y la capacidad de producir semillas de fácil multiplicación en grandes cantidades.  El uso del fuego se aplicó como estrategia de manejo para repeler la sucesión vegetal y también como herramienta de transformación de bosques nativos (Parsons 1972).

Las zonas bajas con climas extremos bien por largas sequías, altas temperaturas o exceso de lluvias fueron barreras para los bovinos europeos hasta la introducción de las razas cebuinas en el siglo XIX en Brasil y en el primer tercio del siglo XX en Colombia. En las regiones semidesérticas naturales y en expansión por efectos antrópicos, los pobladores mestizos han contado con las cabras y los burros como principal actividad productiva. Las zonas inundables de las grandes cuencas hidrográficas invadidas por gramíneas agresivas y poco consumidas por los bovinos dejaron de ser una barrera natural para la ganadería con la introducción del búfalo de río asiático en el siglo pasado.

En las regiones de alta montaña y altiplanos donde el clima más moderado permite la crianza y reproducción de las razas europeas especializadas, la importación desde las montañas africanas del pasto kikuyo (Pennisetum clandestinum) alrededor de 1920 (Parsons 1972) marcó un momento definitivo para el inicio de la producción de leche destinada al creciente mercado urbano. Con el tiempo estos animales de pastoreo fueron determinantes para consolidar el modelo político y económico de control del territorio a través de la propiedad privada, que luego pasó de las colonias ibéricas a las repúblicas y perdura hasta nuestros días de diferentes maneras.

La ganadería basada en pastoreo ha realizado el mayor cambio en los paisajes rurales hasta llegar a una escala continental y debe reconocerse como un proceso de enormes repercusiones ambientales y sociales (Bennett  y Hoffmann 1992).
 

Ganadería bovina y ocupación del territorio

El término ganadería bovina incluye una variedad de sistemas productivos manejados por distintos grupos sociales, situados en distintos biomas terrestres y por lo tanto enmarcados en diferentes regímenes climáticos, tipos de suelos y formaciones vegetales (Murgueitio y Calle 1998). En América tropical la mayor proporción de ecosistemas naturales transformados se encuentra en sistemas ganaderos de pastoreo y suman en la actualidad 548 millones de hectáreas (33% de la región y 11% de las tierras agrícolas del mundo). Esto significa que el 77% de la frontera agropecuaria (agroecosistemas) son sistemas destinados al pastoreo de animales domésticos con predominio de los bovinos sobre otras especies como ovinos, equinos, cabras y búfalos (FAO 1996).

La ganadería se practica muchas veces en sitios inapropiados lo que promueve la degradación ambiental, como en la Amazonia donde ya un 35% de las pasturas están abandonadas ante el fracaso económico y los suelos improductivos (Da Silva et al 1996). En América Central las pasturas se degradan en una alta proporción (> 40%) y son dominadas por especies nativas de baja calidad y productividad, con cargas animales inferiores a 0,7 UA ha-1 (Szott et al 2000). Un fenómeno similar ocurre en grandes áreas de Suramérica. La degradación de pasturas está asociada con baja eficiencia de producción, pérdida de biodiversidad y emisiones de gases de calentamiento global (Veldkamp 1993; Kaimowitz 1996).

Una investigación reciente evidenció las tendencias históricas del poblamiento de Colombia y su relación con la transformación de los ecosistemas naturales en cinco períodos desde antes de la conquista española hasta nuestros días. Se encontró una estrecha relación entre la baja densidad de la población rural con la alta transformación de los ecosistemas con presencia de pastizales. Este patrón es más marcado en zonas bajas, menos de 1000 metros sobre el nivel del mar, que en la región andina y se manifiesta a una tasa más rápida en los períodos 1920-1970 y 1970-1990 donde la presencia de pastos en las nuevas áreas es de 94,1 y 97,2%, respectivamente (Etter y Wynaagarden 2000).

Como en muchas regiones del continente americano, la ganadería en Colombia sigue siendo un símbolo de poder económico y político y de apropiación legal del territorio. También para muchos es un negocio de largo plazo caracterizado por un menor riesgo que la agricultura y otras actividades rurales. La acumulación de todo tipo de capitales a lo largo de la historia se invierte con frecuencia en ganadería (Murgueitio y Calle 1999). Los sistemas de pastoreo que ocupan la mayor parte de la frontera agropecuaria son desarrollados por una diversidad de actores sociales y tienden a expandirse en todos los biomas de las cinco regiones biogeográficas del país (Murgueitio  1999). Las cifras del uso del suelo en los últimos años evidencian la misma tendencia de ampliación de pasturas. Así entre el año 1987 y 1999 el área utilizada para la ganadería se incrementó en un 208% y supera ya en 214% el potencial de uso por aptitud de suelos que es de 19,2 millones de hectáreas. En contraste en el mismo período la agricultura solo llegó al 30,9% de su potencial de aptitud. (Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural 2001).

En Colombia los sistemas ganaderos de pastoreo son ampliamente dominados por la especie bovina con alrededor de 26´088.000 cabezas, seguidos por ovinos con 2´540.000 millones, equinos 2´450.000 ejemplares, 963.000 caprinos, 760.000 asnos y 586.000 mulares (FAO 1996). También existe una pequeña pero creciente población de búfalos de río. En la región andina colombiana las actividades ganaderas ocupan todo tipo de terrenos y predios de tamaños que varían desde 1 ó 2 ha hasta más de 500 ha y son realizadas por empresarios agropecuarios de sistemas mixtos o exclusivamente ganaderos pero también por campesinos, indígenas y colonos. Los sistemas de producción ganadera tienden a ser de lechería en las zonas de altiplanos y altitudes entre 2000 y 3000 msnm; de doble propósito (carne y leche) en los climas medios (1000 a 2000 msnm) y páramos (>3500 msnm); de cría para carne en las zonas más bajas (500 a 1000 msnm) y hay sistemas menores para engorde (ceba), búfalos, ganado de lidia, ovinos y caprinos (Murgueitio  2002).

Después de la región Caribe, los Andes son la zona de mayor población de ganado bovino. El total de reses de todas las edades para la región llega a 6´690.101 que representan el 31% del total nacional (Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural 2000), pero la cifra debe ser mayor porque las estadísticas oficiales incluyen al departamento de Antioquia en la región norte (Caribe) y existe una importante población ganadera en este departamento que se ubica en los andes centrales y occidentales.
 

Impactos ambientales de la Ganadería

En la transformación de los ecosistemas naturales existe una conexión directa e indirecta entre la ganadería y la tala y quema de bosques. La magnitud con que este proceso se ha realizado en América Latina condujo en las décadas pasadas al señalamiento internacional de la ganadería como una gran amenaza ecológica del bosque tropical (Kaimowitz  1996). El impacto ambiental de estos sistemas fluctúa entre el desgaste absoluto e irreversible de los suelos hasta la restauración parcial de ecosistemas degradados. Pero también en las actividades pecuarias de pastoreo se generan otros impactos ambientales negativos como la erosión y compactación del suelo; la uniformidad genética al privilegiarse el monocultivo de gramíneas mediante quemas estacionales y eliminación de la sucesión vegetal por medios químicos (herbicidas) o físicos; la desecación de humedales; la construcción de vías de penetración; la demanda creciente de madera para cercos, corrales de manejo y camiones ganaderos; la contaminación del agua y el suelo por fertilizantes sintéticos y plaguicidas, así como las emisiones de gases producidas por la quema de combustibles en el transporte terrestre y fluvial de animales vivos o sus productos (Murgueitio 1999).

Otros impactos agregados se generan en las industrias y agroindustrias que procesan carne, leche y pieles bien por vertimientos puntuales a las aguas y emisiones al aire o por el uso masivo de empaques no biodegradables (plásticos, polietilenos, mezclas de aluminio y plástico) para todos los insumos y productos (drogas, fertilizantes, suplementos, leche, queso) que se arrojan después de su uso y solo en el mejor de los casos terminan en los rellenos sanitarios de las grandes ciudades.

Los impactos ambientales son diferentes según el sistema ganadero empleado. Lamentablemente existen muy pocas investigaciones destinadas a aclarar estas diferencias. Este vacío de conocimiento fue señalado como una de las dificultades mayores para asumir el reto de iniciar los procesos de reconversión ambiental y social que requiere la ganadería en general (Murgueitio 1999). En la Tabla 1 se resumen los principales impactos de la Cadena Láctea en Colombia en sus cuatro etapas:

Se subraya la falta de información cuantitativa que permita precisar la magnitud de los impactos. Es de esperarse que este reto sea asumido por los primeros acuerdos de producción limpia entre el sector y las autoridades ambientales como en el caso de Antioquia o por actividades pioneras de los mismos productores como en el caso del Valle del Cauca.

Tabla 1. Principales impactos ambientales de la Cadena Láctea en Colombia (Fuente: Murgueitio 1999)
Impactos Producción Transporte Procesamiento Consumo
A Compactación de suelos agrícolas

***

*

s

s

D Actividad biológica

*

*

s

s

A Erosión en terracetas (pata de vaca)

***

s

s

s

A Remociones masales y deslizamientos

**

**

s

s

D Regulación hídrica en microcuencas

**

s

s

s

A Desecación de humedales

*

*

s

s

A Pérdida y contaminación de nacimientos de agua

**

*

*

s

A Contaminación química de ríos

*

*

***

*

A Contaminación orgánica de ríos

*

*

***

*

A Contaminación y sedimentación de humedades

**

**

**

*

D Conservación de ecosistemas naturales

*

*

*

s

D Diversidad Biológica de Agroecosistemas (Paisajes rurales)

**

*

s

s

D Conservación de especies de flora y de fauna nativas

**

**

s

s

A Demanda de recursos maderables nativos

**

*

*

s

A Contaminación química de alimentos

***

s

**

s

A Residuos de antibióticos y otras drogas

***

s

*

s

A Residuos sólidos no biodegradables

*

*

***

***

A Emisiones de gases de invernadero y lluvia ácida (CO2, CH4, NO2, SO2)

*

***

**

*

A Malos olores

s

*

**

*

Nota: Atributos cualitativos solo como aproximación a la magnitud de cada fenómeno ante la ausencia de estudios cuantitativos.
A Aumentando; D Decreciendo
Grado de impacto: s sin impacto o sin información*reducido **importante
***grave
Impacto sobre el suelo

La erosión es probablemente el tipo de degradación más común en el mundo. La magnitud de este fenómeno es alta, particularmente en Asia, Africa y Suramérica con promedios entre 30 a 40 toneladas de suelo ha-1año-1. Las cifras anteriores se pueden comparar con valores promedios de los procesos de formación del suelo que acercan a una tonelada ha-1año-1 (FAO 1996). En Colombia los procesos erosivos con mayor incidencia están asociados a la erosión hídrica superficial que viene afectando un 79% equivalente a 90'392. 661 ha del territorio nacional, seguidos en menor proporción por la remoción en masa cuyo porcentaje llega a un 14,9 % equivalente a 16'533.355 ha (IDEAM, citado por Madr 2001).

En el caso de los potreros, la compactación resultante del tránsito de los animales afecta en forma negativa el flujo del agua a través del perfil y la estabilidad estructural, procesos que causan erosión superficial y remociones masales (Rivera 2001) conocidos en el lenguaje común como deslizamientos, derrumbes o avalanchas. Estas son causadas o agravadas por obras de ingeniería donde se destacan las vías de orden menor destinadas a la recolección permanente de leche fresca, las que generalmente están mal trazadas y con manejos inadecuados de las aguas de escorrentía. Los dos tipos de degradación han llevado a una perdida acelerada e irreversible del suelo y con ello la productividad, lo que conduce a una ganadería más costosa, menos competitiva e insostenible a través del tiempo. En el caso lechero la reducción de la productividad de los pastos por compactación de los suelos tiende a compensarse con el incremento de consumo de los suplementos y concentrados que afectan la rentabilidad del sistema.

Un buen ejemplo de los errores en el manejo del suelo debido de la intensificación de la ganadería lechera, también de carne, se ha llevado a cabo en el departamento del Quindío (Colombia). En esta región en los últimos años a partir de la crisis del sector cafetero, debido a la disminución de los precios internacionales del grano, existe un proceso de transformación de los sistemas cafeteros hacia ganadería de pastoreo intensivo caracterizado por una alta carga animal, fertilización química y rotación con cerca eléctrica, aprovechando la excelente distribución de lluvias a lo largo del año. Se calcula que entre 1992 y 1996 se eliminaron 14,000 ha de cafetales pasando la mayoría a sistemas ganaderos (Sadeghian 1998).

Estudio de caso en el departamento del Quindío (Colombia).

Por solicitud de la autoridad ambiental regional, la Corporación Autónoma Regional del Quindío Crq, la Fundación Cipav llevó a cabo una serie de investigaciones sobre el estado de los suelos en doce agroecosistemas, cuatro de la unidad de paisaje de Montaña y ocho en la unidad de Piedemonte. En esta última los sistemas estudiados fueron rodales de Guadua (Guadua angustifolia) y bosques nativos, cafetales tecnificados, cafetales tradicionales, ganaderías intensivas para la producción de leche, ganaderías intensivas para la producción de carne, ganaderías extensivas para cría, cultivos transitorios de yuca (Manihot sculenta), sorgo (Sorghum vulgare) y maíz (Zea maiz) y cultivos de cítricos.

Se tuvieron en cuenta las dos principales unidades de suelos de la región, ubicadas en su mayoría entre 1100 y 1600 msnm. Se evaluaron las características físicas, químicas y biológicas de los suelos en estos sistemas, con variables como la actividad microbiana medida en forma indirecta por la respiración (CO2), el número y la diversidad de organismos (morfoespecies) denominados como meso y macrorganismos del suelo, los contenidos de arenas, limos y arcillas; la densidad aparente, densidad real, porosidad total, distribución del tamaño de los agregados, estabilidad de los agregados, conductividad hidráulica, humedad gravimétrica, pH, Capacidad de Intercambio Catiónico (CIC) y los contenidos de la materia orgánica, fósforo (P), calcio (Ca), magnesio (Mg), potasio (K), aluminio (Al), hierro (Fe), cobre (Cu), manganeso (Mn), zinc (Zn) y boro (B) (Sadeghian et al 2001).

Los guaduales y bosques nativos tomados como patrón de comparación exhibieron mejores características que los demás sistemas de uso. Los cafetales tradicionales se asemejaron en mayor grado a los sistemas anteriores y presentaron los promedios más elevados en el número de organismos, tamaño de los agregados, CIC y los contenidos de Cu y B. En los sistemas ganaderos intensivos de leche y carne, el pisoteo de animales durante 2 a 3 años produjo una compactación similar a la ocasionada por la ganadería extensiva con un tiempo de uso mayor de 15 años (Sadeghian 1998). En las Tablas 2 y 3 se resumen las principales diferencias de las características biológicas, físicas y químicas de los suelos utilizados en los tres tipos de ganadería (extensivas, intensivas de carne e intensivas de leche) comparados con el control de bosques de guadua que presentó las mejores condiciones del suelo. En todos los sistemas ganaderos se nota un efecto de impacto sobre las variables analizadas físicas (densidad aparente, porosidad total, distribución de agregados, estabilidad de agregados, conductividad hidráulica, arenas, resistencia a la penetración), químicas (pH, materia orgánica, C, N, P; K, Ca, Mg, Al, CIC, Cu, Zn, Bo) y biológicas (número y diversidad de macro y meso-organismos del suelo, actividad microbiana - CO2).

Se concluyó que el efecto de mayor importancia se genera en la transformación de los agroecosistemas cafeteros hacia sistemas de ganadería de alta carga animal y alta fertilización química porque el impacto sobre el suelo en cuatro años es equivalente al presentado en un período de tiempo 5 veces mayor en sistemas ganaderos tradicionales (Sadeghian et al 1998,  2001). También se demostró que en los ambientes poco intervenidos se presenta una menor degradación y se ha propiciado el mejoramiento de este recurso.

En los sistemas ganaderos de modalidad intensiva de producción de leche (también en sistemas de engorde de novillos en altas cargas) se encontró una reducción en la diversidad de especies vegetales y la fauna del suelo. Los incrementos en el grado de la compactación por pisoteo de animales son considerables.  Este fenómeno reduce significativamente el flujo del agua en el suelo y el volumen de los espacios ocupados anteriormente por poros con aire y agua y se comprueba con la diferencia en los datos (Tabla 2) para variables como materia orgánica (MO), densidad aparente (DA), porosidad total (POR), conductividad hidráulica (CON), resistencia a la penetración de 0 a 10 cm y de 10 a 20 cm (R10 y R20 respectivamente). Las variables químicas presentaron menos diferencias frente al control de guaduales (Tabla 3).

Tabla 2. Principales variables biológicas y físicas de suelos utilizados en sistemas ganaderos en el piedemonte del Quindío (Adaptado de Sadeghian et al 2001)

 

AM

NO

DO

MO

DA

POR

CON

R10

R20

 

mg/g

No

No.

%

g/cc

%

cm/h

kg/cm2

Guadua

270 a

37ab

7,0 a 11,2a 0,69e

70a

51a

1,3d 1,4d
Café con sombrío

208b

47 a

6,5 a 9,5 ab 0,82 d

67 b

31 b

1,2 d 1,8 c
Ganadería Extensiva

190 bc

10 b

2,8 d 7,8 bc 1,00 bc

59 cd

18 c

2,6 b 3,4 a

Ganadería Leche

174 bc

18 ab

3,4 cd

8,0 bc

1,05 abc

58 cd

8 c

2,7 b

3,0 a

Ganadería Ceba

193 bc

26 ab

3,9 cd 7,4 cd 1,09 ab

56 d

8 c

3,3 a 3,4 a
abcde Valores en cada columna sin letra en comun difieren a P<0.05
Actividad microbiana-CO2 (AM), Número y diversidad de meso y macro organismos (NO y DO respectivamente), materia orgánica (MO), densidad aparente (DA), porosidad total (POR), conductividad hidráulica (CON), resistencia a la penetración de 0 a 10 cm y de 10 a 20 cm (R10 y R20 respectivamente).

 
Tabla 3. Principales variables químicas de suelos utilizados en sistemas ganaderos en el piedemonte del Quindío (Adaptado de Sadeghian et al 2001)

 

pH

Ca
(m-eq)

Mg
(m-eq)

K
(m-eq)

Al
(m-eq)

CIC
(meq)

P
(ppm)

Guadua

5,6 ab

6,5 a

1,8 b

0,6b

0,17 ab

17,9 ab

26 ab

Café con sombrío

5,4 ab

6,0 ab

1,3 b

0,5d

0,28 ab

18,2 ab

48 ab

Ganadería extensiva

5,6 ab

4,0 c

1,2 b

0,6cd

0,07 b

15,2 c

18 b

Ganadería leche

5,7 a

4,8 abc

1,4 b

0,8ab

0,08 b

15,8 c

34 ab

Ganadería ceba

5,6 ab

4,5 bc

1,3 b

0,9a

0,11 b

15,5 c

47 ab

abcd Valores en cada columna sin letra en comun difieren a P<0.05
CIC Capacidad de intercambio catiónico

En muchas fincas ganaderas en los terrenos en pendientes es común observar la erosión en terracetas tipo pata de vaca y son frecuentes ya los movimientos en masa y las cárcavas. El déficit de bosques o modelos equivalentes (agroforestería, silvopastoreo) en el Piedemonte del Quindío puede llegar a 20.000 ha.

Los resultados obtenidos en este estudio sirvieron como criterios básicos para la reglamentación del uso y manejo del suelo en municipios del departamento del Quindío, Colombia. En la actualidad se avanza en un proceso de concertación entre los productores y la autoridad ambiental para concretar una reglamentación específica para sistemas ganaderos que disminuya los impactos negativos identificados (CIPAV 2001).

Impacto sobre el Agua

El agua es absolutamente imprescindible para la vida y las actividades humanas. Colombia es un país reconocido por la abundancia de sus recursos hídricos y por la gran diversidad biológica que alberga. Posee 2´680.000 hectáreas de lagos, lagunas, embalses, ciénagas y pantanos, 24.237 km de ríos y 742.000 microcuencas (IDEAM 1998). En la región andina se originan los principales ríos del territorio nacional que surten las zonas productivas y los ecosistemas de las cuencas del Magdalena, Cauca, Atrato, Catatumbo, Orinoco y Amazonas; las últimas tres de tipo internacional. Es la región con mayor población humana con 77,9 habitantes km2 frente a 28,8 del resto de Colombia y la densidad rural de 21,2 habitantes km2 versus 8,4 del resto del país (Etter y Wynaagarden 2000).

Cerca del 80% de las cabeceras municipales del país se abastecen de cursos de agua de quebradas y pequeños ríos. La pérdida de la cobertura vegetal boscosa trae asociada cambios severos en la regulación hídrica y la erosión. Esta es especialmente acelerada en la región andina, dada su geomorfología y los rangos de precipitación que tienden a ser elevados. Se ha afectado la cantidad y calidad de los recursos hídricos porque la deforestación y las actividades agrícolas y domésticas reducen la regulación de los caudales, aceleran la erosión y generan contaminación de las aguas (IDEAM 1998). Las actividades agropecuarias en especial el riego son el sector más demandante del recurso hídrico. En 1996 el sector agropecuario colombiano consumió cerca del 57% de los 5.790 millones de metros de la demanda total de la sociedad (Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural 2001).

Aunque mucho se habla del impacto de la ganadería sobre el agua, existen pocas investigaciones realizadas en el país que para el tipo de estudio y escala logren que los productores tomen conciencia y permita la toma de decisiones acertadas que favorezcan el manejo de las microcuencas en razón a que estas son la unidad básica de acción y gestión en la región andina donde se concentra la mayor producción de leche. El uso del suelo de cada microcuenca puede influir positiva o negativamente sobre las corrientes de agua que la drenan. Por estas razones, la relación ganadería - manejo de la microcuenca será un tema de la mayor prioridad en la gestión ambiental del futuro inmediato.

Los impactos pueden notarse a diferentes niveles como la calidad físico-química del agua, la estabilidad del cauce y los organismos acuáticos que viven allí. Todos estos parámetros se relacionan entre sí, y en la medida que se afectan por el uso del suelo, pueden ser empleados para determinar los efectos que este último causa sobre el recurso hídrico (Chará  2002). Por ejemplo, la falta de cobertura vegetal nativa y el libre acceso de los animales a los cursos de agua corriente, generan mayores sedimentos (sólidos disueltos en el agua) y sobre con el aporte de excretas incrementan en gran medida los coliformes fecales, afectando la calidad del recurso hídrico (Chará  2002).

Como reacción al cambio drástico de cafetales a ganaderías de pastoreo intensivo y el impacto ambiental de las mismas, la Fundación CIPAV en convenio con la Corporación Autónoma Regional del Quindío (Crq) en la actualidad está realizando un trabajo científico sobre la calidad del agua y los hábitats de microcuencas en la misma región que se transformó de cafetales a ganadería intensiva en la última década. Se está evaluando en forma comparativa doce microcuencas donde predominan tres coberturas vegetales relacionadas con usos del suelo en fincas particulares: bosques y vegetación sucesional avanzada, cafetales sin sombrío y pastizales ganaderos de rotación intensiva con mínima arborización (Chará 2002).

En cada tratamiento se evalúan los siguientes parámetros:

Los primeros resultados muestran claras diferencias sobre los impactos negativos de la forma como se realiza la ganadería intensiva sea para producción de carne o leche. La Tabla 4 presenta los valores promedio de los parámetros físico-químicos y bacteriológicos donde se observan mayores diferencias.

Tabla 4. Análisis fisicoquímicos y bacteriológicos de las microcuencas afectadas por la ganadería en el departamento del Quindío (Colombia).
Parámetro

Microcuenca
con vegetación de bosque

Microcuenca con vegetación de pastos

Probabilidad

pH

6,16 (± 0,49)

6,25 (±0,41)

0,61

Alcalinidad, mg/litro

43,1 (±27,12)

64,5 (±38,97)

0,14

Turbiedad, NTU

5,10 (±2,73)

40,2 (±66,23)

0,11

Conductividad, ws/cm

124 (±70,25)

126 (±76,23)

0,96

OD, mg/litro

5,22 (± 2,07)

5,41 (±2,26)

0,82

DBO5, mg/litro

5,20 (±0,63)

11,5 (±18,38)

0,29

N-NH3, mg/litro

0,15 (±0,29)

0,09 (±0,20)

0,47

P-PO4, mg/litro

0,10 (±0,00)

0,26 (±0,26)

0,22

ST, mg/litro

146 (±53,76)

200 (±131,66)

0,22

SDT mg/litro

126 (±45,63)

133 (±56,58)

0,71

SST, mg/litro

20,5 (±16,42)

60,2 (±108,10)

0,26

Coliformes totales, NMP/100 ml

3030 (±3530)

56733 (±16254)

0,31

Coliformes fecales, NMP/100 ml

3030 (±3530)

55805(±162797)

0,32

Caudal

5,91 (±4,93)

11,2 (±9,75)

0,12

En la tabla anterior puede observarse que las quebradas que drenan zonas con uso ganadero presentaron mayores niveles de DBO, sólidos suspendidos, turbiedad, nitrógeno amoniacal, coliformes totales y coliformes fecales, seguidos de las quebradas que drenan uso cafetero, mientras las boscosas presentaron los niveles más bajos para estos parámetros.

Los mayores valores de DBO, Nitrógeno y coliformes en las zonas ganaderas se presenta presumiblemente debido al depósito de estiércol por el ganado directamente en los potreros, el cual mediante la escorrentía aporta estos elementos a las quebradas. Los sólidos totales y la turbiedad también pueden ser un efecto directo de la perturbación que hace el ganado que incrementa la erosión en las zonas de pastoreo y/o que destruye los taludes y remueve el fondo de las quebradas, pues en todas las microcuencas con ganado, éste tenía acceso directo al cauce (Chará 2002). Sobre las características físicas del hábitat en el tipo de flujo de la quebrada, se encontró una tendencia a la homogeneización del cauce en las zonas dominadas por la ganadería a través de labores de canalización. Esto va en detrimento de una biota sana, pues al haber pocos hábitats disponibles predominan las pocas especies que se adapten a dichos hábitats (Chará 2002).

Al comparar la calidad del hábitat entre microcuencas con pasturas en las orillas y las que tenían cobertura de vegetación de bosque nativo, se encontraron diferencias en los tipos de substrato, tanto orgánico como inorgánico en las quebradas, en detrimento de la calidad del hábitat. Por sus características, este material es arrastrado fácilmente y sólo estimula la colonización de especies tolerantes a niveles bajos de oxígeno (Chará 2002).

Sobre la calidad del hábitat para la biota acuática, se construyó una tabla de puntuación teniendo en cuenta 13 características evaluadas. A cada una se le otorgó un puntaje entre 0 y 20, donde 0 es la peor condición y 20 la condición ideal. Las quebradas boscosas se utilizaron como referencia con las que se determinó el puntaje máximo obtenible en la zona. Las microcuencas que drenan zonas ganaderas y cafeteras obtuvieron respectivamente un 45 y 51% del puntaje para calidad de hábitat. Características como la diversidad de piscinas, sinuosidad del cauce, protección de taludes y vegetación ribereña son las más críticas y de mayor peso para obtener un puntaje bajo en las quebradas bajo influencia ganadera (Chará 2002).

En forma complementaria a los análisis anteriores, se trabaja con indicadores biológicos como los macroinvertebrados acuáticos. Estos fueron identificados al nivel de género y/o morfoespecie. En total se capturaron ejemplares pertenecientes a 125 morfoespecies, 61 familias y 17 órdenes. En cuanto a los parámetros que miden abundancia de taxa, se encontró que las quebradas de zonas boscosas presentan los mejores valores para todos los índices, lo cual demuestra que poseen una población de macroinvertebrados más diversa que las quebradas de zonas cafeteras y ganaderas. Las medidas de composición presentan el porcentaje del total de organismos que pertenecen a cada orden evaluado (Chará 2002). Las larvas de los dípteros (moscas y zancudos), crecen en abundancia en los substratos lodosos y arenosos más comunes en las quebradas de zonas de potrero. Varias especies de este orden son hematófagas y algunos son vectores de enfermedades virales y parasitarias en animales y humanos. La mayoría de los dípteros en quebradas que drenan áreas ganaderas pertenecen a las familias Chironomidae y Ceratopogonidae (Chará 2002).

De acuerdo con los primeros resultados de esta investigación se puede determinar que la ganadería de pastoreo sin árboles, causa un impacto negativo de mayor magnitud en todos los parámetros estudiados que la caficultura, principalmente por sedimentación de los cauces y aportes de materia orgánica, nutrientes y patógenos que deterioran las corrientes de agua. Los análisis realizados hasta el momento, permiten determinar que los macroinvertebrados son sensibles a los cambios en el uso del suelo y por tanto son unos buenos indicadores del impacto causado por actividades como la ganadería sobre las quebradas (Chará 2002).
 

Ganadería sostenible: aprovechar el potencial de la naturaleza, reducir los impactos y generar servicios ambientales

La reconversión ambiental de la ganadería es posible a diferentes niveles de análisis y depende de los actores sociales involucrados en las actividades productivas, su capitalización, nivel empresarial, organización y cultura así como de las características biofísicas y el estado de los recursos naturales. Hay propuestas según el tipo de situación y en general se recomienda una combinación de estrategias educativas, tecnológicas, políticas y económicas (Murgueitio 1999). Es posible realizar cambios importantes en los sistemas de manejo ganadero que implican entre otras cosas su intensificación, mayor productividad y generación de bienes sociales y servicios ambientales (regulación hídrica, captura de carbono, conservación de la biodiversidad) en forma simultánea al incremento de la cobertura vegetal, liberación de áreas críticas por su deterioro o estratégicas por su valor como fuente de servicios ambientales en especial todo lo relacionado con la regulación del ciclo hídrológico a escala de predios y de microcuencas. (Murgueitio 2002).

En zonas de ladera, los árboles asociados a las praderas ganaderas ejercen un efecto protector adicional al retener el suelo en las pendientes. La variedad de especies arbóreas es importante porque se requieren raíces de diferentes profundidades para retener el suelo en forma efectiva, particularmente durante los aguaceros torrenciales. Además los Sistemas Silvopastoriles (Ssp) generan beneficios adicionales para fincas ganaderas y permiten un ahorro de combustibles fósiles y por lo tanto reducen las emisiones de gases de invernadero en diversas formas (Calle et al 2001):

Teniendo en cuenta el tipo de deterioro causado a las fuentes hídricas por las actividades pecuarias, se plantean las siguientes recomendaciones (Chará 2002):

Con la aplicación del conjunto de estas recomendaciones se mejoraría la capacidad de regular la oferta hídrica, porque en la matriz del paisaje se incrementa la cobertura vegetal. Esta a su vez genera efectos positivos alamortiguar el área de captación y el curso de agua. Al regular el exceso de escorrentía (regula caudales), se retienen nutrientes y contaminantes además de otras funciones como la protección del cauce y taludes en zonas pendientes y orillas. Los sistemas de descontaminación productiva tienen como principal característica el que extraen al máximo la energía, materia orgánica y nutrientes presentes en las aguas residuales mediante diferentes procesos físicos y biológicos. Al retirar del agua estos recursos se logra que en cada paso se vaya recuperando paulatinamente la calidad del líquido. De esta forma se busca aprovechar todos los elementos presentes en el estiércol tomándolo como un recurso y no como un desperdicio.

Al nivel de finca lechera estos sistemas para residuos orgánicos líquidos comprenden dos componentes: biodigestor de flujo continuo de bajo costo y canales de plantas macrófitas como buchón de agua o taruya (Eichhornia crassipes), pistia, (Pistia stratiotes) y lenteja de agua (Lemna minor). Con el paso por estos dos procesos se logra una remoción de la Demanda Bioquímica de Oxígeno (DBO) y de Sólidos Sedimentables Totales (SST) superior al 90% (Pedraza 1999). Los productos del reciclaje son el biogás, que es una mezcla de gases donde predomina el metano (CH4) utilizado para cocinas, calefacción y generación de electricidad, y los cultivos de peces en el agua depurada que se asocian a cultivos terrestres especialmente arbustos forrajeros, caña de azúcar, plátano, pastos y frutales beneficiados con los lodos sedimentados y el fertiriego (Chará 1999).

Este sistema de decontaminación productiva, diseñado en Colombia con apoyo de Colciencias, ha tenido impactos positivos en varias regiones del país. Por ejemplo en 1999 en 56 unidades en fincas trataron 1647 toneladas de excretas animales disueltas en 36.828 m3 de agua, removieron 328 toneladas de DBO y 515 de SST. A la par, reemplazaron 1.589 toneladas de leña, 10.893 galones de petróleo (ACPM), 161 toneladas de urea y 113 de superfosfato. Los beneficios económicos por predio por año se aproximaron en 500 dólares además del servicio ambiental de depuración del agua. (Chará 1999). En los últimos años estos sistemas se están promoviendo por la FAO en varios países de América latina y el sudeste de Asia (CIPAV 2002).
 

Comentario final

Ante la inminencia de una mayor globalización de los productos de origen agropecuario con la consecuente caída de las escasas barreras que aún protegen a la leche y los derivados lácteos en la mayoría de los países latinoamericanos, cabe esperar una mayor pérdida de competitividad de los productores si no hacen cambios urgentes en su estructura de costos, en especial de insumos como alimentos concentrados, fertilizantes y genética especializada.

Para muchos pequeños y medianos productores quizá la única esperanza se encuentre en las cada vez más claras señales de la sociedad global que muestran un crecimiento emergente de mercados para productos ecológicos, naturales o amigables con el ambiente. Más que mayores precios por los productos, lo que se logrará son mercados estables y la rentabilidad estará en la producción más económica por unidad de superficie y de empresa. Si parte del sector lechero tropical quiere permanecer viable y en expansión en el futuro cercano, deberá basarse en una ganadería sostenible que aproveche con inteligencia el potencial de la naturaleza, reduzca los impactos ambientales y genere servicios ambientales.


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Received 4 June 2003; Accepted 29 October 2003

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